Oportunidad para sentenciar

España puede dejar casi resuelta la clasificación para la próxima Eurocopa de 2023 de Rumanía cuando todavía quedarán cuatro jornadas por disputar. Hoy se enfrenta a Rusia, la replica camiseta Real Valladolid única selección que aguanta el ritmo de La Rojita (está a tres puntos). Un triunfo le dejaría seis por detrás (más el goalaverage) con sólo 12 por disputar. Es decir, ganar supone la clasificación virtual para el torneo.

Es, sin duda, el partido más complicado que ha tenido esta generación hasta el momento. El resultado del primer partido (4-1 para los españoles) es engañoso. Los rusos empezaron adelantándose ese día y ahora son una selección mucho más asentada. De hecho, han acumulado cuatro victorias consecutivas desde entonces. Apuestan por un fútbol muy similar al que hace su selección absoluta: tres centrales, juego directo y orden táctico. Los ingredientes que peor le vienen a La Rojita…

Aunque De la Fuente es defensor de las rotaciones para tener a todos enchufados, entrar en el once de esta Sub-21 porque hay un grupo de unos siete u ocho futbolistas que se han convertido en innegociables por el alto nivel que están ofreciendo. Los cambios seguros llegarán en los laterales: Víctor Gómez entra por Carreira y Miranda por Manu Sánchez. El lateral del Betis se perdió el encuentro ante Malta del pasado viernes por culpa de un proceso gripal que ya ha superado.

En ese puñado de indiscutibles está Sergio Gómez. El mediapunta del Anderlecht (¡lateral izquierdo en su equipo!) puede jugar (y brillar) en casi cualquier demarcación de ataque. Su rendimiento hasta el momento ha sido espectacular: cuatro goles y tres asistencias en los cuatro encuentros que ha disputado en esta fase de clasificación (apenas 237 minutos). Su inspiración será clave para romper una defensa rusa a la que es muy difícil crear oportunidades: llevan cuatro partidos consecutivos sin encajar un solo gol.

Frío

Está prevista una temperatura de -4ºC a la hora del encuentro en Khimki. La Rojita, que llegó a Moscú el domingo por la noche, tuvo la oportunidad de entrenarse ayer en el escenario del partido para comenzar a aclimatarse. En la Federación preocupa el césped, porque con esa climatología comprobaron que el campo está en bastante mal estado.

Claves

Balón parado: Rusia es muy poderosa en el balón parado, es una de sus mejores armas. España debe tener cuidado con conceder saques de esquina o faltas laterales que no sean necesarias.

Laterales: Los rusos juegan con dos carrileros y España con lateral y extremo. Generar superioridades en banda es una de las claves para abrir la ordenada defensa del rival.

Delantera: Abel Ruiz por fin ha cogido confianza en esta Sub-21. Hizo un doblete contra Malta que le hacía mucha falta después de unos meses complicados con su club.

Juego directo: El mal estado del césped perjudica al juego de España. Los de De la Fuente tendrán que recurrir a un fútbol más vertical en ciertos momentos.

Mediapunta: De la Fuente dará libertad a la línea de tres mediapuntas para que intercambien las posiciones y así descolocar a la defensa de Rusia.

Ases a seguir

Maradishvili: Es el futbolista de más talento de Rusia y por el que pasan todas las jugadas. TIene criterio, visión de juego y llegada al área.

Guillamón: Volvió a marcar contra Malta. En La Rojita juega de central y se ha convertido en el líder de la zaga en esta generación.

La hora del recreo

En la cabeza del cuerpo técnico de España rondaba una preocupación antes del inicio del torneo: evitar el exceso de euforia. La lista española era, con datos objetivos (su valor de mercado), la mejor del campeonato con mucha diferencia. Pero había otros factores: los futbolistas llegan en pretemporada (salvo los seis de la Eurocopa) y ha habido poco tiempo de preparación. El torneo ha demostrado que no eran excusas: tres de las cuatro europeas quedaron fuera a las primeras de cambio. Otros países llegaban con menos nivel pero más rodados. Ese exceso de favoritismo ha pesado en las piernas y la mente de los españoles, que nunca han conseguido desplegar su mejor juego.

Ahora, La Roja está en el mínimo que se le exigía: la pelea por las medallas . Es momento de divertirse, sin ese miedo al fracaso que había hasta lograr el billete a semifinales. Para mejorar el juego se espera un paso al frente de Pedri, el jugador que debe poner fantasía y último pase en los metros finales. El canario, igual que el resto de la Selección, ha dejado buenos ratos pero falta un partido brillante de principio a fin. Hoy es el día perfecto para Pedri, porque Japón es un equipo que dejará más espacios. Se vio en el amistoso del 17 de julio, donde el barcelonista dio un recital en apenas media hora. Esa es la versión que necesita España.

De la Fuente, que ha sido incluido en el parte médico (se rompió un hueso de la mano en una caída durante la celebración por la victoria ante Costa de Marfil), lleva días muy pensativo. El seleccionador sabe que tiene que tomar una decisión complicada: qué hacer con Rafa Mir. Por lo probado en el último entrenamiento, el murciano entra en la punta de ataque y es Asensio quien se cae del once, con Oyarzabal en la derecha y Dani Olmo en la izquierda. Si se ciñe a lo ensayado, ese será el tridente de ataque. Si no, sorprenderá hasta a los propios jugadores (no sería la primera vez… ni la última). En el resto, volverá a cambiar a los dos laterales. En el derecho Vallejo parte con ventaja sobre Óscar Gil para sustituir a Mingueza (descartado para lo que queda de campeonato) y en la izquierda Cucurella entra por Miranda. En el medio, repiten Zubimendi, Merino y Pedri, que pueden tener el refuerzo de Dani Ceballos en la segunda parte (el utrerano se entrenó ayer y hoy deciden en una reunión si entra en la lista).

Lo que no cambia es la zaga, con Eric Garcia y Pau Torres protegiendo la portería de Unai Simón. Tras un torneo casi perfecto, contra Costa de Marfil se confirmó la grieta que deben tapar antes de que se inunde el barco: el balón parado. Dos de los tres goles en contra han llegado así, con errores groseros en las marcas. No son los japoneses un equipo especialmente peligroso en ese apartado, pero en el fútbol actual hasta los porteros marcan goles de estrategia.

Japón

Es el partido más propicio para los de De la Fuente aunque, por contradictorio que parezca, es la selección de más nivel. Si España está en su mejor versión, le hará más daño que a otras, pero el susto también será mayor si sale poco enchufada.

Los japoneses llevan años preparando este torneo, cerraron una fase de grupos perfecta (pleno de victorias) y el pase agónico ante Nueva Zelanda en cuartos (en la tanda de penaltis) les ha reforzado la confianza. Tienen la baja importantísima del central Tomiyasu (sancionado) en una línea defensiva que se ha mostrado muy sólida hasta el momento en el campeonato. Los refuerzos de los tres mayores de 24 años (Yoshida, Sakai y Endo) han sido fundamentales para dar empaque.

En ataque, la sociedad que forman Doan y Kubo es peligrosísima. Se llevan bien dentro y fuera del campo, están en un gran estado de forma y tienen libertad total para dar rienda suelta a su imaginación. Si España les deja espacio, darán muchos problemas. Japón es, en líneas generales, un hueso muy duro. Pero con estos jugadores España no debe dejar escapar el tren de las medallas…

El plan B es de garantías

Esta generación Sub-21 cierra su ciclo como Absoluta a todos los efectos. FIFA lo decretó así el día previo y los jugadores lo demostraron sobre el césped. Hubiera sido doloroso para Lituania que les denominaran Sub-21, porque si se eliminan las arrugas de los rostros el encuentro pareció de veteranos contra juveniles, pero los novatos fueron siempre los lituanos. La Roja (se han ganado eliminar el diminutivo de su nombre) sometió y goleó a Lituania de principio a fin. Tuvo personalidad y embocó todos los goles que le faltaron en las semifinales de la Eurocopa el pasado jueves. Zubimendi ofreció otro recital, Brahim derrochó fantasía y Bryan Gil reivindicó que está para más aunque sea Sub-21 por edad hasta 2023. Luis Enrique puede respirar tranquilo: el Plan B tiene nivel para lo que haga falta.

Avisó De la Fuente antes del partido: «Hemos venido a ganar». Pocas veces dice nada de cara a la galería este fantástico seleccionador que ha demostrado una vez más que si el maldito virus mete en un apuro a la Absoluta en la Eurocopa el recambio es de garantías sobre el césped y también en el banquillo. En el ADN del técnico riojano sólo existe la palabra triunfo. Gana mucho, vence casi siempre, y lo hace desde una normalidad y humildad que se echan en falta en estos tiempos de fútbol moderno y redes sociales.

Este deporte evoluciona cada año pero hay una regla que nunca quedará anticuada: gana el que mete un gol más que el contrario. A eso se dedica De la Fuente, sin adornos innecesarios antes y después de los partidos.

España entró en el duelo con el mensaje de su entrenador grabado a fuego: los amistosos no existen cuando se defiende a la Selección. En cuatro minutos habían disparado tres veces con peligro. En el último de los chuts Hugo Guillamón, central del Valencia, marcó a pase de Manu García a la salida de un córner. El tanto fue gasolina para el incendio español, porque lejos de bajar las revoluciones las subieron aún más. Se sucedieron las llegadas y en el minuto 24 un pase filtrado de Gonzalo Villar terminó en las botas de Brahim. El malagueño entró en el área y planteó un dilema para el defensor sueco: pierna derecha o izquierda. Tiene la cualidad de pegarle igual con las dos, por lo que obligó al zaguero a recular y eso le dio los metros suficientes para armar el disparo y batir a Svedkauskas.

La fiesta pudo ser completa en el primer acto, porque a la media hora Abel Ruiz erró un penalti provocado por Bryan Gil. Jugó a engañar al portero, que aguantó bien.

En la segunda mitad España salió con el convencimiento de que el golpe en la mesa fuera un puñetazo. Los cambios aportaron frescura y entraron igual de enchufados. En el 53′ Miranda hizo el tercero de falta directa y en el 73′ Puado, con una magnífica maniobra, logró el cuarto. El delantero del Espanyol cierra así una semana y media espectacular, con tres goles en tres partidos y la sensación de que con sólo un año de contrato por delante es el chollo del mercado.

Esta Selección convirtió un marrón en una oportunidad. Cambiaron las chanclas por las botas para dar una exhibición. Ahora siete se quedan en Las Rozas para posibles contratiempos: se han ganado ser los primeros de la lista.

Estelar Dani Gómez

Luis de la Fuente lo ha vuelto a hacer. Pasan los años, cambian las generaciones, se acumulan las bajas… Pero hay algo que siempre sigue igual: el seleccionador gana, gana y vuelve a ganar (incluso cuando sirve con empatar). Hace bueno aquel lema de Luis Aragonés con un perfil muy parecido al del Sabio de Hortaleza: un entrenador cercano, que consigue que sus jugadores vayan a muerte con él. Coge grandes talentos y fabrica campeones. Es el secreto de una Sub-21 que a pesar de las ausencias ha asombrado a Europa una vez más con un fútbol tan vistoso como eficaz.

Contra la República Checa se encontró un partido trampa. Es difícil jugar sin ataduras cuando sabes que sirve un empate, especialmente ante un rival que esperaba a que La Rojita se estirara para lanzar las contras. La primera media hora de los de De la Fuente fue muy buena. Acumularon hasta cuatro llegadas claras, especialmente una jugada personal de Puado por la derecha que Barrenetxea no alcanzó a rematar en boca de gol.

El 1-0 se resistía y los checos escuchaban por el pinganillo la goleada de Italia que les dejaba fuera de la Eurocopa. Adelantaron líneas y se encogió España. Esos 15 minutos antes del descanso fueron los peores de La Rojita en el torneo, que a pesar de ello no recibió ningún disparo peligroso. En los mejores y en los peores momentos se mantiene un denominador común: la línea defensiva y el portero, Álvaro Fernández, son un seguro de vida.

Barrenetxea por derecha

Del vestuario regresaron los españoles con otra cara. Pasaron de uno de sus momentos más críticos a uno de los mejores. El seleccionador cambió de banda a Puado y Barrenetxea y la variación resultó clave, porque el de la Real Sociedad fue un cuchillo por la derecha.

Se sucedieron las oportunidades deaprovechadas y De la Fuente tuvo que recurrir a la bala que tenía guardada en la recámara. Entró Dani Gómez con el revólver lleno de pólvora y embocó la pelota en la portería en la primera que tocó, en el 68′. Poco después, en el 77′, hizo el segundo en su cuenta particular y abrochó definitivamente el pase a cuartos. El Tiburón de Alcorcón es letal cuando está enchufado.

En los minutos finales, un detalle que no es menor para De la Fuente: entró Riqui Puig, el único futbolista de campo que aún no había jugado. La armonía del grupo es tan importante como las victorias y ese es uno de los secretos de esta Selección que está una vez más entre las ocho mejores de Europa.