Sobran 103 jugadores en LaLiga

Poco más de dos semanas para que el mercado de fichajes eche el cierre (31 de agosto) y la operación salida de jugadores se resiste. La crisis del COVID sigue haciendo estragos en las arcas de los clubes y para cuadrar las cuentas se debe cumplir a rajatabla el viejo dicho: «Antes de entrar, dejen salir». Hasta que no se libera el dinero de la ficha de un jugador que sale o se ingrese el dinero de su venta, no se pueden acometer fichajes si no quieren descuadrar el balance económico y exceder el límite salarial.

La operación salida está en casi todos los clubes todavía por resolver. En total, en Primera hay 57 jugadores en la rampa de salida. Uno de los equipos que más necesita agilizar estas marchas es el Barcelona. Son conocidos sus problemas económicos, tanto que han tenido que deja escapar a Messi, y deben seguir liberando salarios para inscribir a sus fichajes (Agüero, Memphis Depay, Eric Garcia y Emerson). Por ahora ya ha dado salida a Junior, Todibo, Aleñá, Miranda, Matheus, Monchu y Trincão, pero todavía les sobraría Umtiti (Pjanic está a punto) como casos más destacados. Aunque con la situación que tienen, todos podrían salir ante una buena oferta salvo por Ansu Fati, Pedri y De Jong.

Por su parte, el Atlético debe buscar equipo a Arias, Manu Sánchez, Saponjic y Nehuén o Montero. Grbic quiere salir para poder jugar. También podría decir adiós Saúl, que es transferible, y Marcos Paulo, fichado en este mercado pero que podría ser cedido para disfrutar de minutos.

El Real Madrid también tiene varios frentes, aunque han logrado regatear el problema de los extracomunitarios gracias al acuerdo LaLiga-RFEF-AFE de no considerar a Bale (ni a Trippier en el Atleti) como tal al haber firmado antes del Brexit. Un gran alivio para ambos clubes.

De esta forma, en las oficinas del Bernabéu se trabaja en las otras operaciones. Está cerca la marcha de Kubo en forma de cesión al Mallorca. Más complicado está encontrar equipo a Jovic y Mariano. Odegaard también está en la rampa de salida tras su discreta pretemporada. Por otro lado, Isco quiere salir y si el Madrid recibiera una buena oferta le vendería.

El límite salarial está siendo el verdadero quebradero de cabeza. El Espanyol, por ejemplo, necesita aligerar fichas para poder fichar jugadores y por ello tratará de dar salida en forma de cesión a futbolistas como Vargas, Vadillo y Pol Lozano. También hay que diferenciar en esta operación salida los que sobran y los que son transferibles si llega una buena oferta que ayude a cuadrar números. En Sevilla, quieren dar salidas a Amadou, Gnagnon y Rony López, pero son transferibles Gudelj, Idrissi, Pozo, De Jong y Munir. En el Villamarín, aunque tampoco les buscan equipos, escucharían ofertas por William Carvalho, Álex Moreno, Tello y Loren. LaLiga vuelve este viernes y la mayoría de equipos está con los deberes a medio hacer.

En Segunda, 46 jugadores para salir

Algunos clubes de Segunda División están teniendo dificultades para reducir fichas debido a las dificultades que atraviesa el mercado por la bajada de los ingresos. Un total de 46 futbolistas se encuentran en la rampa de salida en busca de un nuevo destino.

El Valladolid, es uno de los clubes más afectados, debido a las complicaciones para dar salidas a sus descartes. A dos días para que arranque la competición, Pacheta cuenta con 33 efectivos en su plantilla y necesitan dar salida a siete futbolistas. Entre ellos, Roberto, Víctor García, Orellana, Guardiola y Sergio Benito, son los principales candidatos para abandonar Pucela. El alto número de fichas provoca que los vallisoletanos no puedan inscribir a los jugadores que vuelven de cesión, como Gassama, Anuar y Caro. Al igual, ningún fichaje ha aterrizado en el José Zorrilla.

El Almería se puso manos a la obra y suma 17 bajas en lo que va de mercado. Aunque se pueden pronunciar grandes ventas, como la de Sadiq y Samu, que serían un gran alivio en la masa salarial del equipo andaluz. En otra dinámica, se encuentran Aguza y Vada, entrenando con el filial, ambos no están facilitando sus salidas y se agarran a la duración de sus contratos.

En cambio, otros se encuentran con más necesidad de comprar que de vender. Por ejemplo, el Málaga, sólo cuenta con 16 jugadores con ficha de la primera plantilla y tendrá uno de los límites salariales más bajos de la categoría.

De hecho, la difícil tarea de mover ficha y buscar destino a los descartes, provoca que algunos clubes no puedan inscribir a sus fichajes. Almería, Burgos, Fuenlabrada, Lugo, Oviedo, Sporting, Valladolid y Zaragoza, son los únicos de Segunda División que no han podido inscribir a sus nuevas incorporaciones. Otro de los motivos, es que algunos equipos estén esperando a que prospere el acuerdo de LaLiga con CVC, que tendría gran trascendencia en la actividad económica de los 22 equipos de la categoría de plata.

Pasillo hacia LaLiga

EI nuevo Barcelona, ese equipo que en diciembre parecía perdido y que el sábado ganó la Copa del Rey y el domingo vio como el empate del Real Madrid volvía a poner la posibilidad de ganar LaLiga en sus manos empieza su carrera de ocho partidos hacia el doblete en el Camp Nou esta noche (22 horas Movistar LaLiga) ante el Getafe. Precisamente, el equipo madrileño es el que, con su empate en el Coliseum ha propiciado que el Barça se reenganchara a la opción de ganar el campeonato de la regularidad .

Tras ganar la Copa el sábado, el Barcelona tuvo dos días libres y llega al primer partido de su mini campeonato de Liga de ocho partidos con la moral desatada y las piernas frescas, según confesó su entrenador, Ronald Koeman, en la previa del partido.

No obstante, a nadie se le olvida que a lo largo de esta temporada el Barcelona se ha quedado demasiadas veces a un palmo de la gloria. Y normalmente, los chascos en el Barça llegan ante equipos insospechados, de un perfil muy parecido al del Getafe. Por eso mismo Koeman avisaba de que la cuestión principal para el partido de esta noche es la de la mentalización. Por lo que se sabe de la caseta blaugrana, la ambición es máxima para tratar de alcanzar un doblete que hasta hace sólo tres meses se adivinaba como una quimera.

Como que Koeman ya ha dejado claro que no es amigo de tocar lo que funciona, y el partido del sábado en Sevilla funcionó como un reloj, lo más probable es que se repita equipo respecto al que alzó el título de Copa con la incógnita de Piqué, que reapareció en la final sin estar del todo recuperado.

En el Getafe, en cambio, se esperan rotaciones. El punto ante el Madrid supo a gloria, pero preocupa más el duelo del fin de semana ante el Huesca en El Alcoraz, donde el equipo de Bordalás, que está a cuatro puntos de la zona de descenso, se jugará mucho, aunque la intensidad es una característica innegociable en el Getafe.

Medio Madrid es suficiente

Primer apunte: la mitad del Madrid es mucho mejor que todo el Getafe. Segundo: Marcelo, con tres centrales, aún está en buen uso. Tercero: no hay peligro de cantericidio por darle cancha a los jóvenes. Esas conclusiones quedaron en un partido en el que el equipo de Zidane se dio por aludido con el empate del Celta en el Wanda y tejió con paciencia e inteligencia su victoria. Este largometraje tuvo menos suspense de lo habitual por su trabajo y por el derrumbe del Getafe, hace tiempo dentista y hoy sin dientes.

Hubo un tiempo no tan lejano en que Isco fue alguien en la Selección. Y en el Madrid llegó sentar a Bale, esa cepa británica que mutó a inofensiva demasiado pronto, cuando Zidane aún se atrevía a hablar de innegociables. Ahora es farolillo rojo. Con nueve ausentes y Odegaard en Londres, Zidane le puso por delante a Marvin, como le había puesto por delante a Arribas ante el Mönchengladbach o el Levante. Su suplencia de este martes le cuelga el cartel de caso perdido. Y es que para evitarle tuvo que dar un paso más en su reciente papel de arreglista: Mendy de central izquierdo en una línea de tres con Nacho y Varane; Marcelo, de carrilero; Modric, de pivote, Asensio, de mediapunta… Una sacudida en toda regla.

Un Getafe clásico… y fallido

El Getafe, en cambio, regresó a su vieja fórmula, ese 4-4-2 que tanto molestaba al de enfrente. Su partido es que el rival no tenga partido. Y ahí sobraban Kubo y Aleñá. Así que el Getafe se volvió clásico sin conseguirlo. No le va hacerse el simpático; presiona, incordia, aburre y en sus buenos días mata con dos buenos puntas. Esta vez ni eso. Ese plan ha pinchado ante los grandes porque para escapar de él se necesitan futbolistas de un pie muy fino y entre los equipos alfa abundan. Y tampoco ha colado esta temporada ante otros de menor tamaño porque falla el segundo acto: meter goles.

La conclusión es que ni Madrid ni Getafe están a la altura de sus mejores días. El equipo de Zidane huye de los espacios, se repite en el juego al pie, no le da marcha a los partidos. Queda la sensación de que está demasiado visto, de que a este ritmo su recorrido será corto. Así que pone casi todo el foco en el balón parado. Ahí encontró sus dos primeras oportunidades: una pelota perdida en el área de esas que siempre buscan a Casemiro y un cabezazo de Benzema en un córner. El brasileño desaprovechó su magnetismo en la zona con un disparo a la décima fila de asientos y el francés topó con el larguero, del que se ha hecho íntimo enemigo.

Y mientras, el Getafe, de salida, incumplió sus dos grandes mandamientos: robar muy arriba y hacer de la segunda jugada su primera jugada. Pero sumando las imperfecciones de uno y otro estuvo muy por encima el Madrid. Marcelo, con gente a su espalda, vive más tranquilo y se suelta. Y Modric no está investigado en el proceso: sigue jugando como cuando levantó el Balón de Oro. También él tuvo el gol, en un remate sin oposición desde el borde del área que rechazó, en postura estrafalaria, David Soria con una rodilla.

A otros no les fue tan bien en la primera parte. Vinicius es tigre enjaulado, Benzema resulta demasiado esporádico y Asensio baja a menudo el volumen en muchas fases del partido.

El Getafe no pasó de bachear el encuentro en campo propio sin la agresividad de otros tiempos, se sintió extraño ante el cambio de dibujo del Madrid y no tuvo ninguna presencia ante Courtois en los primeros 45 minutos. Fue un equipo resistente en el peor sentido del término: ultradefensivo y sin respuesta.

Lluvia y goles

El descanso cambió el clima (llovió con ganas) pero no el paisaje. El Madrid siguió encogiendo al Getafe y perdiendo ocasiones. La primera de Benzema, cuyo remate sin oposición sacó con mano rápida David Soria. Así, al equipo de Zidane no le convenía al resultado ni al de Bordalás la dinámica. El Getafe cargó munición con Kubo, Aleña y Mata, sus dos fichajes de invierno y su nueve de gala. El Madrid cambió canterano por canterano, Arribas por Marvin, que no son lo mismo. Isco lo contempló con el cuerpo y la moral congelados en la grada. Más fantasía, menos velocidad y un papel nuevo para Vinicius: carrilero derecho. Una decisión de riesgo máximo con un buen principio. El primer centro del brasileño desde su nueva finca lo mandó a la red Benzema con la cabeza, la mejor arma ahora mismo de un compositor concienciado como rematador. El chollo que se prometía Cucurella acababa siendo la llave maestra del Madrid.

Aún quedaban por ver más fenómenos paranormales. Arribas, que lo primero que hizo en su debut europeo fue tirarle un caño a un defensa del Gladbach, abrió a Marcelo en la izquierda y su centro al primer palo lo remató como un ariete… ¡Mendy! Extrañan ya pocas cosas en un equipo tan golpeado por las lesiones que ha tenido cinco laterales en poco más de cuatro meses. Sólo entonces, con el partido archivado, entró Isco. Sus días parecen contados. Tiene sólo 28 años y su magia blanca se ha vuelto negra.