Con Parejo se hace de Dia

El Villarreal acaba el año en escalada libre por la Ligamientras que el Alavés se marcha de vacaciones en el descenso. En un visto y no visto, con tres victorias seguidas, los de Emery se han metido de lleno en la pelea por Europa, colocándose a cinco puntos de la Champions, zona que hace nada veían a once. La verdad es que era cuestión de tiempo que estuvieran donde deben, porque su crisis era solo de resultados, y con Gerard Moreno la vida se ve amarilla. Otro doblete del delantero, que suma cinco goles en los últimos tres partidos, aunque el quid de este Villarreal, la razón para tenerle siempre en cuenta, es que pese a su actuación, Gerard no fue la estrella contra el Alavés, lo fueron Dia y Parejo, que dio una clase magistral, otra más, de asistencias.

El Alavés, que no les lleve al engaño el resultado de 5-2, nadó por los puntos hasta bien cerca de la orilla. Pero los de Calleja sucumbieron ante la pegada amarilla. El Alavés, eso sí, se metió en el partido cuando ya pocos le esperaban. Hasta el gol de Pere Pons, que llegó a un minuto del descanso, el Villarreal había hecho prácticamente lo que quiso. La primera media hora de los amarillos fue de equipo desatado, sus últimos quince minutos, también.

La jugada del 1-0 es de las que salen tan bien pocas veces en la vida. La doble pared entre Parejo y Gerard Moreno fue de dibujos animados. Dios los cría y Unai los junta. Velocidad, precisión y ejecución. A ese gol le acompañó el primero de la tarde de Dia, tras asistencia de Trigueros, y otro de Chukwueze que fue anulado por fuera de juego. El Alavés tenía bastante con irse al descanso perdiendo por solo dos goles y sin embargo lo hizo con la fe que le dio el gol de Pere Pons, que empalmó con la zurda un balón que peleó Joselu.

Calleja adelantó sus líneas tras el descanso y fruto de ello, y de un error incompensible de Pau Torres, llegó el empate, obra de Joselu, que va por nueve esta Liga. El Villarreal quedó durante unos minutos noqueado por ese golpe que no esperaba. Además las piernas empezaron a acusar el carrusel de partidos de los amarillos, mientras que el empate espoleó a los vitorianos.. Pero Emery, con tres cambios, equilibró las fuerzas y Parejo, con una delicia de pase a Dia, rompió al Alavés. Después Pino y otra vez Gerard se sumaron a la fiesta y la cosa acabó en goleada. Pero fue ese pase entre líneas de Parejo, trazado con precisión de cirujano y picardía de Lazarillo, el que hizo que en La Cerámica se hiciera de Dia.

Koke y diez más

Si hay un futbolista que mide al Atlético ese es Jorge Resurrección, Koke. El capitán, 29 años (serán 30 en enero), el único capaz de alcanzar y derribar el récord que Adelardo, mito, instauró en los 70, 553 con la rojiblanca. 522 lleva Koke. Desde hace muchas temporadas estandarte. Y medidor de los estados de ánimo. El Atlético no ha comenzado bien la temporada, él tampoco, pero Simeone sabe, porque son ya son 12 años desde su debut con el primer equipo, que la vida sin Koke siempre es mucho peor que la vida con Koke, termómetro. Koke corre por todos, Koke se desgasta por todos, Koke es como uno de la grada que ha logrado saltar al césped, para defender la rojiblanca. Y, a pesar de ello, cuando el viento no acompaña y no empuja, los dedos le señalan con crítica y sin piedad.

Pero el termómetro Koke sólo es un reflejo de los demás. De un Oblak que encaja uno de cada dos tiros que le lanzan. De un Felipe que sale en todas las fotos en las dos áreas. De un Suárez seco en cinco partidos. De un Atlético que, después de proclamarse campeón LaLiga pasada, cambió a Saúl, Vitolo, y Dembelé por Griezmann, De Paul y Cunha y, sin embargo, no arranca, no carbura. El Madrid le ha ganado, el Sevilla le ha ganado, el Metropolitano ya no es fortín y tampoco hay rodillo fuera. Para Simeone es su fijo. Su futbolista de campo. El que más minutos acumula. 1.691′. A 379′ de Oblak, el rojiblanco que más ha jugado. Pero es que el capitán se perdió dos partidos en septiembre, y un tercero fue suplente, por una lesión muscular.

En Liga, salvo el primer partido ante el Celta, todos sus duelos han sido 90′. La última vez que jugó menos fue en Anfield, cambiado en el 69′, hace ocho partidos, de ‘5’, aunque ese no sea el sitio adecuado para desarrollar su mejor fútbol. Koke siempre se sacrifica por el equipo, Koke siempre se pone a disposición de los demás. La extensión de Simeone sobre el césped. Aunque el Atlético haya perdido el paso de campeón, con tres derrotas seguidas en Liga, la primera vez de Simeone desde que llegó hace una década. La vida con Koke puede ser dura pero los números ahí están: la vida sin Koke siempre es peor. Por eso juega todos los minutos posibles.