Con el nueva camiseta del Espanyol a punto de cumplir 121 años, este jueves, no puede ser más oportuna la visita del Athletic Club . Dos clubes favoritos entre sí. Porque los leones son el rival ante el que más veces han ganado los blanquiazules y viceversa. Historia de LaLiga. Como lo es la racha que precede a este reencuentro: 23 años –para ser exactos, 8.689 días– hace que los rojiblancos no ganan un partido de Primera en feudo perico. Desde el estreno en Montjuïc, en la temporada 1997-98, con gol de Julen Guerrero.
La magnitud de la racha, la peor del Athletic fuera en toda su historia, queda evidenciada en que aquel 11 de enero de 1998 no habían nacido Óscar Gil, Pedrosa, Puado, Morlanes, Melamed ni Joan García por el bando local, como tampoco Vivian y Sancet de visitantes. Unai Simón cumplía siete meses exactos y Yangel Herrera, cuatro días.
Inmaculado está, pues, Cornellà-El Prat ante el Athletic en partido liguero, igual que lo está el camino de las victorias para un Espanyol que enlaza tres en casa –frente a Alavés, Real Madrid y Cádiz–, que persigue igualar la racha de cinco de la campaña 2018-19, la cual cerró ante los leones, pero que se enfrenta a un visitante invicto. Los de Marcelino son el rey del empate a domicilio, con tres en sus cuatro salidas de San Mamés, y eso que han pasado por el Wanda Metropolitano o Mestalla. Y pueden enlazar tres victorias seguidas.
Vienen ambos de un intenso sábado, que seguramente dejará secuelas. Los pericos, por un Elche-Espanyol que fue una montaña rusa de juego, resultado, emociones y lesiones. Debutó Yangel Herrera, volvió Aleix Vidal, estrenó su casillero Morlanes y marcó como de costumbre Raúl de Tomás, pero se retiraron con dolencias Melendo, Óscar Gil y hasta Vicente Moreno. El lateral no se ejercitó ayer, pero en su lugar lo hizo Miguelón. Y Puado, quien apunta a la convocatoria.
El ajetreo sabatino del Athletic comenzó horas antes, con la asamblea de compromisarios y el anuncio de Elizegi de no presentarse a la reelección, y siguió con un Athletic-Villarreal que decidió el virtuoso tramo final de Muniain. Sin Villalibre, de recaída, ni Oier Zarraga, hará Marcelino rotaciones pero difícilmente una revolución, que no salió bien en la anterior jornada intersemanal, ante el Rayo. Y de reojo, inexorablemente, mirarán los leones al derbi del domingo en Anoeta.
Quien regresa seguro al RCDE Stadium, porque siempre juega, es un Iñaki Williams que en la anterior visita recibió los gritos racistas de dos individuos, lo que acabó en los tribunales, y con el Espanyol como acusación. Casi dos años después, y con una pandemia de por medio, no se espera otra cosa que un ambiente impoluto, como el que se viene respirando desde el regreso del público en Cornellà. Como una catedral.