Hasta hace unas semanas, el futuro de Kalinic sólo pasaba por una opción: regresar al Atlético. La Roma, equipo en el que estaba cedido esta temporada, quiso desprenderse de él ya en el pasado mercado invernal y también quería desprenderse de él cuando llegara la ventana de verano, por mucho que tuviera una opción de compra sobre el croata. Algo que el regreso de la Serie A tras el parón obligado a causa del coronavirus ha cambiado. Ahora el futuro de Kalinic ya no está tan claro.
Porque su rendimiento en estos partidos ha sido otro, dos goles en los cinco partidos disputados, como si sus piernas hubieran comenzado a obedecer a esa orden del director deportivo Gianluca Petrachi, “si en estos dos meses que quedan, hace siete u ocho goles, su situación cambiaría, está claro”. Dicho y hecho. En camino está.